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La luz natural envuelve esta vivienda gaditana, cuyo horizonte más próximo son las canchas de polo de Sotogrande. ¿Su mayor virtud? La simbiosis entre la relajación de una casa de vacaciones y el refinado cosmopolitismo de su decoración.
El primer destino de esta casa, construida a principios de los 80, fue alojar a jugadores de polo de todo el mundo que acudían en agosto a Sotogrande, único lugar de Europa que cuenta con temporada anual de este deporte. Ahora es la vivienda de vacaciones y fines de semana de un profesional dinámico y muy viajero, con una vida social activa, al que le gusta recibir a sus amigos y organizar fiestas cuando se celebran partidos en las canchas. La pasión por los viajes y su gran sensibilidad estética queda reflejada en una decoración ecléctica, que reúne muebles, objetos ornamentales y textiles procedentes de todos los puntos del planeta. La vivienda se encontraba en buen estado de conservación cuando la adquirió, por lo que no fue necesario realizar ninguna reforma, excepto pulir el suelo y pintar. La distribución también es la de origen. En la planta baja se sitúan el salón, la cocina con office, un baño de cortesía y el porche. El piso superior dispone de tres dormitorios, dos baños y terrazas.
Toda la casa es exterior, con soberbias vistas a las canchas del Santa María Polo Club, de modo que la luz natural inunda las estancias, factor que refuerza el tono de los revestimientos, mármol crema Alicante para el suelo y un suave gris perla en las paredes. Un escenario cien por cien neutro en el que brillan los recuerdos de viajes por Marruecos, Egipto, Jordania, Sudáfrica o Namibia, las obras de arte contemporáneo, las antigüedades, los medidos detalles vintage... Todo ello realzado por una iluminación artificial encaminada a dar protagonismo a esas escogidas piezas y a crear ambientes cálidos, acogedores que son reflejo de las vivencias, la cultura y personalidad del propietario, que aún en un espacio de relax vacacional deja ver una enriquecedora mirada cosmopolita.
- Telón de fondo en blanco. Predomina el blanco en tapicerías y cortinas, si bien, salpimentado con notas de color aportadas por llamativos e impactantes textiles, como el suzani colgado a modo de tapiz o las alfombras de Marruecos.
- La simetría pone orden. La imagen de la casa, muy equilibrada y armónica, debe mucho a la creación de composiciones simétricas y agrupaciones por temas. Ambas ayudan a dar unidad a la variedad y profusión de pequeños objetos.
- Mix de colecciones. Se muestran en cada espacio bajo un criterio distinto: en el salón domina lo arquitectónico –remates, grabados de edificios– y en el dormitorio, el recuerdo del Gran Tour –medallones y estatuas clásicas, libros–.
Realización: Mercedes Díaz de Rábago