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La actividad del narco continúa. Y sigue por todos aquellos rincones que son entrada y salida por vía marítima de la Península para el contrabando. Desde Marruecos a España. Y por España, por su zona más próxima al continente africano, Cádiz. Y ya aquí, entre todos sus parajes, uno que va tomando cada vez más fuerza tras la presión policial ejercida sobre estos últimos años en el Estrecho es Chiclana. Esta localidad se ha ido uniendo a Sanlúcar y su desembocadura como puntos negros de esta actividad delictiva casi permanente.

Y no hay nada que lo refleje con mayor exactitud y certeza, al margen de consideraciones políticas, que las investigaciones que se hacen al respecto y que siguen desencadenando en las operaciones en las que se detiene a los presuntos responsables y se realizan los registros de sus casas o de las naves y garajes donde pueden esconder aquello que quieren guardar con tanto cuidado: la droga, las 'gomas', el dinero.

Así ocurría este martes cuando de nuevo a primera hora de la mañana decenas de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional en una operación conjunta se dirigían a este municipio chiclanero para realizar más de una decena de registros.

Según ha podido saber este periódico, la explotación de esta investigación, que se encuentra bajo secreto de sumario, persigue desarticular a una organización criminal dedicada al tráfico de hachís al por mayor y que también se dedicaría al menudeo de otras drogas como la cocaína.

Por ello, los efectivos tomaban las diferentes localizaciones donde se encontraban los 'objetivos'. La mayoría de ellos, domicilios pero también hubo inspecciones en algunas naves. Y, según datos aportados durante la mañana, se habían detenido ya a una decena de presuntos implicados aunque no se descartan que sean más. Todos ellos pasaban a las dependencias de la Comandancia de Cádiz.

Y entre los arrestados estaría F. J. M., al que señalan como el supuesto cabecilla y al que le constan antecedentes. Esta persona tendría un negocio dedicado a los remolques y dentro de la red presuntamente sería quien organiza y distribuye las funciones para realizar con éxito los alijos.

A su lado contaría con la participación de otros supuestos miembros, la mayoría viejos conocidos de las fuerzas policiales con antecedentes por narcotráfico, y que, en algún caso, han sido detenidos tanto por salud pública como por otros delitos relacionados -como torturas- y han pasado ya por prisión.

Es destacable además que la mayoría de los integrantes de esta presunta red residen en Chiclana y en San Fernando y que, muchos, tienen lazos de amistad entre ellos desde hace años, una vinculación que les aporta la confianza para de no ser traicionados, siendo delatados o de chivatos para otras bandas que hagan robos de droga (vuelcos).

Según fuentes consultadas, la investigación que ha desembocado en el importante despliegue de este martes, tuvo su inicio hace unos meses cuando el entonces OCON Sur de la Guardia Civil se puso tras la pista de algunos de los movimientos sospechosos que efectuaban manteniendo contactos y reuniones entre ellos y con supuestos proveedores marroquíes y también para la realización de alijos. Uno de estos alijos fue intervenido en Roche en junio de 2022 por agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) quienes retomaron y continuaron posteriormente con las pesquisas.

Los agentes centraron entonces como punto negro de estos alijos diferentes localizaciones de los caños de Sancti Petri (entre Chiclana y San Fernando) y zonas terrestres cercanas a las 'guarderías'. Estarían utilizando lanchas neumáticas semirrígidas (prohibidas por decreto) pero también para no ser detectados, recreativas, barcos de pesca.

Por otro lado se investiga si esta red de traficantes de Chiclana podría tener relación con otras activas bandas que actúan por otros puntos de la provincia, es decir, si les llegaban a dar logística a modo de cooperativa apoyándoles por ejemplo en las guarderías, transporte o en el suministro de combustible.

Tras un año en el que han caído clanes, se han detenido a decenas de personas y se han hecho importantes investigaciones, quedan asuntos por resolver para que la batalla pueda ser más efectiva

Policías y guardias civiles insisten en la necesidad de reforzar con más medios zonas donde el narcotráfico y la violencia se recrudecen, como Sanlúcar y Chiclana, además del Estrecho

Pero, como decíamos, esta no ha sido la única operación destacable en Chiclana en los últimos días. Recientemente, la Guardia Civil abortaba un alijo de hachís en la zona de caños de Sancti Petri. En dicho operativo los agentes decomisaban nada menos que 4.200 kilos de esta droga y el camión frigorífico en el que se pretendía sacar el estupefaciente del punto de alijo. Como consecuencia de esta intervención se puso a disposición judicial a un ciudadano francés que trataba de eludir la acción policial.

Ocurría durante la madrugada del pasado domingo 5 de febrero cuando el Servicio de Vigilancia Exterior (SIVE) detectó una embarcación de alta velocidad que navegaba sin luces hacia el interior de la zona de caños. Ante la posibilidad de que se tratase de un alijo de drogas, se organizó un dispositivo de intercepción en tierra que permitiese abortar la operación.

El dispositivo, integrado por patrullas del Puesto Principal de Chiclana de la Unidad de Seguridad Ciudadana y del EDOA permitió localizar a un grupo de personas que compondrían la 'colla' que descargaría la embarcación y que esperaban junto a un vehículo de grandes dimensiones. Tras producirse el desembarco de la droga, los guardias civiles siguieron al camión.

Y así no le perdieron el rastro hasta el camino paralelo a la A-48, lugar donde lo interceptaron. En ese momento se detuvo al ciudadano francés y comprobaron que la zona trasera estaba repleta de fardos de hachís.

La droga aprehendida finalmente arrojó un peso de 4.200 kilos que se repartían en 117 fardos de arpillera. El camión se había sustraído en Saint Cugat del Vallés en mayo de 2021.

La multifunción que realizan algunas organizaciones criminales para hacer caja también se hace cada vez más evidente en el negocio del hachís que se extiende por casi toda la zona marítima de la provincia de Cádiz.

Y esta nueva investigación desvela que tengan mayor o menor peso no hay que irse hasta el Estrecho de Gibraltar para hablar de clanes o capos de la droga, sino que ya ha quedado demostrado que vecinos de ciudades como Chiclana se terminan viendo ´-al menos implicados- en ese oscuro mundo. Gente con antecedentes sobrados, que 'trabajan' con 'amigos' o 'socios' también de la zona y por lugares que ellos mismos conocen de sobra. Como los caños, la serpiente de agua y tierra que se extiende entre el municipio chiclanero y La Isla y que es punto de tránsito habitual de estas embarcaciones como detecta una y otra vez el SIVE.

Pero es que además y como ya alerta la Fiscalía Antidroga desde hace tiempo estas organizaciones 'locales' están a menudo trabajando con otras redes de La Línea o incluso de otras provincias para ayudarles a organizar y rematar los alijos in situ. Incluso, y algo impensable en los tiempos de los viejos clanes de Barbate de los 80 y 90, llegan a compartir las generosas ganancias que les reportan estos 'viajes'.

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