La gastronomía mexicana renace con más opciones

2023-02-22 18:06:52 By : Ms. Alina Wang

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En el abanico de propuestas gastronómicas que acercaron al país platos de otros países, la comida mexicana fue una de las que picó en punta. Acaso por ser una forma divertida de comer, en general con la mano, rodeado de muchas salsas y llenando tortillas al andar. Acaso por la estética de la mesa, que se complementa en los restó con la atractiva simbología del país azteca. Acaso por los nuevos sabores y los picantes. Lo cierto es que la gastronomía mexicana se expandió rápidamente y agregó subvariantes, como bares de tacos, burritos al paso o platos tex-mex, con influjo de Estados Unidos.

Ahora, lejos de haberse detenido, aparecen nuevas propuestas, que refuerzan estilos variados: toques modernos, refuerzo de la autenticidad o de la mixtura con los platos norteamericanos. Y en todos los rincones de la Ciudad. Para parejas, para amigos, para familias. Al paso, para sentarse un largo rato… o no tanto.

A continuación, una serie de propuestas para redescubrir los sabores mexicanos en puntos variados de la geografía de Buenos Aires: en el centro geográfico de la Ciudad (Caballito), en el centro gastronómico (Palermo), el sur (San Telmo), o en el norte (San Isidro).

Una inmensa catrina iluminada en el entrepiso del local nos da la pauta de que es un Baum diferente. Este local de la cadena cervecera es, en rigor, un auténtico restó mexicano con sabores más que auténticos. La catrina, un símbolo mexicano por excelencia, con una calavera que representa -solemos creer- a la muerte, fue realizada por el grupo de muralistas Campos Jesses, y vale por sí misma la visita a Baum de Palermo. También hay otra en la fachada que va ganando lugar en el circuito del arte urbano pero que por la noche no es tan fácil de ver.

El lazo con la muerte adquiere otras dimensiones en esta vieja casona de 1920 que supo ser una funeraria -también fue guarida de la barra brava de River, agencia de viajes y librería-. “José Guadalupe Posadas, maestro grabador, representó la realidad de la sociedad mexicana de la época: una clase alta que soñaba con ser francesa. Un dictador, Porfirio Díaz, oprimía a la clase trabajadora. Posadas representaba escenas de la vida diaria de México representando a todos como Calaveras. Esto nos iguala a todos”, explica José, el dueño de la franquicia palermitana, quien le da sentido al local decorado mex y con una propuesta gastronómica a la altura. José nació en Sinaloa y tuvo la venia de Baum para readaptar la carta. “La idea es que sea una comida rápida para comer con la mano con cerveza, pero que te lleve al norte de México, por eso tenemos proveedores mexicanos y respetamos todos los ingredientes autóctonos”, agrega José.

De la mano de su cocinero estrella, Daniel Córdoba, se propone una gran variedad de entradas, tacos, quesadillas, tablas, ensaladas. Y tampoco faltan las comidas típicas de las cervecerías, como hamburguesas y papas con cheddar. Una de las sugerencias de la casa son los tostachones de pollo: tortillas de maíz con braseado de pollo, pasta de frijol negro, crema ácida, pico de gallo, lechuga repollada y queso sardo, y se sirven acompañados de un dip de guacamole. También se destacan las quesadillas de barbacoa de res, son tortillas de maíz con braseado de ternera con cerveza porter, cebolla, lechuga y mozzarella, y vienen con dips de salsa picante, guacamole y pico de gallo. Para degustar entre 3 o 4 personas se puede optar por la tabla mexicana, viene con nachos mochis, orale burrito, malditas alitas y quesadilla de pollo, se acompañan con dips de pico de gallo, guacamole, crema ácida, barbacoa semipicante y salsa picante. En total, son 16 variedades, y es casi obligada una segunda visita para seguir recorriendo las especialidades.

La sección de postres despliega dulces típicos de chocolate como la chocotorta pero con cerveza, clásica torta de galletitas de chocolate con queso crema.

Para la comida, la variedad de cervezas Baum o una Margarita. Una sugerencia, terminar con una michelada. Como indica José, es una bebida antirresaca propia de los mexicanos: Cerveza, limón sal, tabasco y un toque de salsa picante.

En el Patio de los Lecheros, una de las propuestas que sobresale en el coqueto espacio de Caballlito al estilo feria europea, es Pinche Taco, una forma rápida para sentarse a comer unos buenos tacos -valga la redundancia-, un abundante burrito o bien a pedirse una canasta de nachos para acompañar una cerveza.

Los tacos son infaltables y acá los preparan en diferentes versiones, como los clásicos Al Pastor (cerdo adobado, piña, palta y salsa jardín) y Carnitas (cerdo confitado, pickles y salsa roja), y los originales de ojo de bife (ojo de bife, queso plancha y pico de gallo) y de pescado frito (pesca del día frita, coleslaw y alioli de chipotle). También cuentan con una opción vegetariana a base de hongos, queso feta y pesto de cilantro que sorprende por su frescura y sabor. Los fanáticos de los burritos pueden elegir entre variedades de cerdo con queso feta y frijoles; y de pollo con queso feta y palta. Para picar o acompañar estas preparaciones, cuentan con típicos nachos con guacamole o con chili de carne artesanal y unas contundentes papas con chili de carne y frijoles.

Pinche Taco es una gran opción, con sabores auténticos, y tiene una ventaja: si el acompañante no es muy fan de la comida mexicana, el Patio de los Lecheros tiene otros locales con opciones que van desde parrillas, pizzas hasta comidas peruanas. Luego, será cuestión de acordar una mesa como punto de encuentro.

Dirección: Donato Álvarez 175, Caballito

La avenida Caseros, allá por San Telmo, donde se tropieza con el Parque Lezama, se va configurando de a poco como un nuevo polo gastronómico con impronta propia: lugares modernos, con un público joven, pero con propuestas sofisticadas.

En esa línea se inscribe Virgen, un restaurante mexicano, que también ofrece coctelería de autor de primer nivel, con algunas particularidades. La primera de ellas es que la decoración evita el metamensaje mex. No hay calaveras, ni mariachis, ni nada con qué golpearse el pecho para gritar “Viva México, cabrones”.

Una jugada audaz para ofrecer un ambiente donde predomina el rosa, con luces de neón al tono, y que a la vista ya propone llegar con amigos o en pareja. La segunda particularidad es la carta, donde se reversionan clásicos mexicanos con toques gourmet o materias primas propias de la cocina mediterránea, como el pulpo o el salmón. Inclusive el aguachile, un clásico que aquí se sirve en formato tartar de pesca blanca y langostinos.

De la mano del chef Juan Manuel Malacarne, se propone una gran variedad de entradas, guacamoles, quesadillas, tacos, ensaladas y platos principales. Una de las sugerencias de la casa es el Mole Madre: dos salsas espesas y cremosas, una de castañas de cajú fermentadas con chiles secos y otra de remolachas con tamarindo, servidas con vegetales baby salteados. Para los amantes del guacamole, sobresale una exótica opción acompañada de sandía caramelizada con aceto balsámico. También se destaca la quesadilla de carne braseada con chiles secos y especias en combinación con un fundente mix de quesos; los tacos de cochinita pibil, una receta maya que lleva cerdo tiernizado con especias, achiote y naranja agria; y el pulpo español con costra de recaudo negro (a base de cenizas de chile amarillo) servido con papines, alioli de ajo asado y aceite verde.

En la barra, la jefa Sofía Gaffoglio seleccionó cocktails diseñados especialmente por la reconocida barmanager Brenda Asís. La idea es dejarse llevar por la carta de tragos para maridar los platos. Hay especiales con el tequila como común denominados, y clásicos, donde el Margarita funciona como opción casi obvia.

Dirección: Av. Caseros 467, San Telmo.

Ubicado en San Isidro, apunta a los sabores tex-mex con una propuesta familiar. Especial para parejas con hijos chicos por sus espacios de juego, el restó propone una carta de comidas norteamericanas pero con una fuerte influencia mexicana .

En esa línea cuenta con varias opciones, tanto en entradas (sobresalen los nachos con guacamole), como en su sección de ribs ahumadas: en ese apartado, las mexican ribs constan de un costillar asado a fuego lento con topping de guacamole. La milanesa también tiene su modo “mexican”, con crema agria, guacamole, cheddar, nachos con chip de salsa picante. En caso de las hamburguesas, llega a la frontera sur con la variante que incluye tomate, lechuga, cebolla, bacon, cheddar y guacamole.

Pero más allá de las versiones mex de platos estadounidense, también hay un apartado “Mexican Food” en la carta. Se destacan allí las fajitas: tortillas de trigo para armar, trocitos de ternera y/o pollo, cebolla caramelizada y pimientos asados a la chapa. Se acompañan con salsa criolla, tártara, tomate, guacamole y crema con verdeo.

Joe’s Grill cuenta con amplios espacios internos y externos. Además, ofrece un Kid’s Club de 100 m que está equipado para el entretenimiento de los más chicos con peloteros para bebés y niños, consolas de juegos virtuales, Arcade, metegol, grúas de peluches y juegos, una casita de madera con tobogán y puente y juegos de plaza.

Dirección: Av. Fondo de la

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